Reseña de Francisco José Peña Rodriguez/ Madrid - España/ Plaqueta , Terrado de cuervos dePablo Salazar Calderón
Internet es un buen medio para conocer la poesía actual de la ‘Generación del 2000’, por ejemplo. Esa es una de las características más interesantes de la nueva poesía. De tal forma han llegado hasta España los poemas de Pablo Salazar Calderón. Su ‘Terrado de cuervos’ es una plaquette bastante interesante que reúne muchas de las características más acentuadas de la nueva poesía: verbalismo directo, falta de puntuación, uso de lenguaje estándar… La deconstrucción formal de los poemas es algo que llama la atención, sin lugar a dudas siguiendo la estela de la poesía de los años noventa. Los cuatro poemas son intensos, iniciáticos y, por ello, con alguna acentuación rítmica impropia que seguro el poeta sabrá solventar con el paso del tiempo y la experiencia. El escritor nos sorprende con una portada oscura; un cuervo en actitud desafiante (¿El desafío de un poeta ante el poema? ¿El interior del poeta mientras escribe?) que necesariamente no alienta a la lectura: engaño primero; los poemas son otra cosa. El poema ‘En la cruz’ nos permite conocer la íntima subjetividad del poema y del poeta. La cadencia del conjunto sorprende; es, quizá, un poemario construido desde la meditación interna. ¿Meditarán los cuervos? Para el poeta piensan, como nos versifica en ‘Apenas tus ojos existen’. No hay una deconstrucción del ‘yo’ poético; el poeta está presente entre las líneas de sus versos, pero sin condicionar la poesía que conforma ‘Terrado de cuervos’. Por supuesto que este último conjunto no es un poemario tradicional al uso, algo propio de la poesía en español de nuestros días y lo que condiciona al poeta a formar parte de un gran grupo poético que muchos críticos se niegan a reconocer bajo el marbete de ‘Generación del 2000’. El poema de Pablo Salazar que más llama la atención es ‘Alumbramiento’. Una composición inteligente, con mucha musicalidad y un ritmo obtenido de la suspensión procedente del ensimismamiento subjetivo del poeta: “Una autopista blanca,/ una raya negra sobre el medio/ se extiende/ pálpito a oscuras(…)”. El poemario está lleno de psicología; carece pues de un espacio físico que da paso al espacio metafísico procedente de una subjetividad que nos retrotrae a la poesía de los años ochenta. En esto último, en la exacerbación del subjetivismo, encuentro diferencias con otros poetas generacionalmente contemporáneos de Pablo Salazar. ‘Terrado de cuervos’ da paso a la sensación de angustia y desamparo de la voz poética; abandona lo social para ocuparse del individuo que es el poeta: “El pánico en un pañuelo mira el morado del silencio (…)”. La plaquette es recomendable, como es también recomendable seguir los pasos del poeta, que tendrá que decir mucho para ir consolidándose y si hay carencias, imagino que serán solventadas a partir de la temática y de la yuxtaposición de poemas sin un nexo temático necesario.
Francisco José Peña Rodríguez
Madrid / España
Filólogo. Político. Crítico Literario. Ha sido profesor de Lengua Española en Dartmouth College (EE.UU.). Ha escrito algunos cuentos y artículos literarios en revistas universitarias sobre diversos escritores y poetas. Es profesor de Literatura y Creación Literaria. Es político (un verso suelto dentro de su partido).
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